JULIA

29/XI/2020


Sopla el viento; y trae

la voz de una dama

de los tiempos en los 

que el negocio se hacía

con lo extraño: morbo

en la expectación que

causaba todo ello.


Dicen que fue vendida

en su infancia tras quedarse

huérfana y, desde entonces, 

comenzó a ser expuesta 

igual que un animal en el zoo.


Contaba con una voz mágica,

excelente bailarina, también acróbata.

Fue casada con el que sería su dueño,

tuvo un hijo que apenas le sobrevivió

y al que poco después acompañó.


Itinerante;

una simple extraña

que vivía vagando

en aquella feria

que recorría el mundo

cuando ella era el eje

de una simple atracción.


¿Merecía aquella vida

esa persona pensante

que sintió como ustedes?

¿Tal vez esta pregunta

está sacada de contexto?


Si retrocediéramos hasta esa época...

¿les convenceríamos de que es una barbaridad?

Tal vez, si observáramos más nuestro mundo,

hallaríamos que no hemos cambiado tanto

y que sólo cambian los objetos. 



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