EL PORQUÉ DE SUS ENSOÑACIONES

Iría guardando sus ilusiones.

Y también las fue mimando

con lo dulce del esmero

a la par que germinasen aguardaba.


Y nacieron con forma de flores.

O de los árboles altos

que conferían el cobijo

al momento de padecer las borrascas.


Sus ilusiones fueron el techo

que le servía de morada

cuando pensaba que podía desfallecer.


Sus ensoñaciones fueron grano

que crecía sin ataduras

cuando la tierra estaba seca y con peste. 


Y tierno abrigo le serían

cuando el invierno se proclamase.


Y cuando el verano apareciese

de fina brisa servirían. 



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