11/XII/2019 (I) Donde la mañana amanece cubierta de lluvia, la naturaleza es renovada con la fuerza que le otorga ese hecho que parece tan simple. Y en algunas zonas de este globo tienen la suerte de poder contemplar este fenómeno de forma cotidiana. Como algo natural que habría estado ahí siempre... y que nunca acabará. En otras, por el contrario, resulta que disponen de unas fechas durante el año en las cuales surge ese momento. Justo entonces, lo que parecía seco, baldío y exento de vida, florece con un poderío inusitado que origina gran jolgorio entre sus habitantes de la zona y otras. Pues en estas últimas, aunque no hayan sido bendecidos con la magia de la lluvia, pueden recibir sus frutos a través de cada río que recorre cargado cientos de kilómetros con el futuro abono para que la tierra pueda florecer. Y algo que parece tan simple, algo que es tan necesario, edifica miles de historias convertidas en leyenda. Son sociedades con una cultura que ha llegado hasta nuestros días. Y ...